Desde el pasado martes hasta ayer viernes tanto la web de la Sociedad General de Autores (SGAE) como la del Ministerio de Cultura han experimentado un ataque DDoS (Distributed Denial of Service) que ha provocado la caída de ambas. Es decir, estaban inaccesibles.
El "ataque", por llamarlo de alguna manera, provenía inicialmente de la imageboard 4chan dentro de la denominada "Operación Payback" contra el conjunto de empresas y bufetes de abogados antipiratería. Al que después se unieron usuarios de los foros españoles con mayor número de participantes (forocoches y elotrolado entre otros).
El eufemismo Antipiratería, quiere decir que se dedicaban a recopilar la información de usuarios que compartían archivos a través de redes P2P y exigirles un pago compensatorio por carta bajo amenaza de demanda o de la supresión del servicio de acceso a Internet.
No existe forma alguna de repeler un ataque DDoS de grandes dimensiones, ni siquiera contratar más ancho de banda. La única solución pasa por esperar que deje de llover...
Para ser sinceros, esa no es la solución. La verdadera solución pasa por dejar de ver a los usuarios de Internet como piratas y pasar a verlos como clientes y/o votantes. El término pirata está verdaderamente más unido al que extorsiona mediante el uso de la fuerza (abogados y denuncias) que al que comparte información sin ningún ánimo de lucro. Necesitan un cambio en un modelo de negocio totalmente obsoleto.
El uso de la fuerza contra los individuos totalmente injustificada, desproporcionada y con el único fin de sacar provecho propio conduce irremediablemente a la rebelión.
Partir de la idea de que son usuarios individuales indefensos es un error. La comunidad de usuarios de Internet ha demostrado que es capaz de tumbar a cualquiera con una mínima/ridícula organización.
Más de uno debería despertar y darse cuenta de que no son 20 o 30 frikis usando avanzados conocimientos de informática. Son cientos de miles de usuarios / clientes / votantes usando simplemente la fuerza de su número y, por cierto, sin cometer ningún acto ilegal (solamente intentan acceder a una web repetidamente y no hay ninguna ley que prohiba dicho comportamiento).
Es decir, las empresas a cargo de los derechos de autor que realizan estas actividades y los partidos políticos que permiten y en algunos casos fomentan dichos comportamientos están mordiendo la mano que les da de comer, literalmente.
El resto son falacias para una Prensa que les ríe las gracias.
"Never forgive, never forget"
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